jueves, 18 de agosto de 2011

Frente a la destitución de Débora Ferrandini y Gustavo Castaño de la Secretaría de Salud y la Dirección de Salud Mental de la Pcia. de Santa Fé

Sería sencillo para nosotros limitarnos a expresar nuestra solidaridad y apoyo con compañeros que acreditan una solvencia profesional unánimemente reconocida y que lideraron, gestionaron y sostuvieron en su provincia políticas de salud y no de administración de la enfermedad. Todo eso del único modo en que puede hacerse: lejos de las inercias burocráticas e imbuidos del compromiso y la pasión de los militantes.
Pero nada de todo esto se les cuestiona cuando se pide su renuncia: por el contrario, se argumenta que se trata de cargos políticos, y que por lo tanto debieran acompañar el actual proyecto político del gobierno de Santa Fé.
Cabe entonces interpelar qué idea de la política es la que allí se sostiene. Pensamos que Débora y Gustavo han sabido como pocos promover políticas de salud que aportan y a la vez requieren la salud de la política, y que un gobierno que en aras de la homogeneidad partidaria elije prescindir de la riqueza que le han aportado estos compañeros a lo largo de su gestión, parece confesar en ese acto la estrechez de sus horizontes. Si así fuera, revelaría una pobre concepción de la política.
Nosotros seguiremos contando con su aporte invalorable en la construcción de un Proyecto de Salud que - no dudamos - será en los próximos cuatro años uno de los avances decisivos en la profundización del camino de recuperación de derechos iniciado en 2003. Nunca menos.

Foro de Políticas Públicas de Salud
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