En las grises calles, de las ciudades o en áridas tierras de pueblos perdidos, por doquier deambulan entre vicio y mugre las caritas sucias de ojos dolidos, de manos vacías, de sueños sombríos que a sus cortos años pasmados descubren un mundo egoísta de ambición y muerte, que los abandona a su incierta suerte.
Y hay quien los critica porque son rateros, porque inhalan tinta y son agresivos, porque a nadie aman, por que son ateos, porque son escoria ¡niños no queridos!
Qué vergüenza siento que yo forme parte de una sociedad que nada comparte, que inmersa en su mundo de absurdos valores, olvida esos niños que son baluarte de un mundo futuro con hombres mejores.
Qué vergüenza siento por no reparar, en que soy culpable por complicidad
Porque nada hacemos para conquistar el derecho de esos niños que imploran piedad ¡Que si inhalan tinta es para olvidar que son el oprobio de esta cruel sociedad!
Somos culpables de sus almas dolidas, de sus puños crispados, de su agresividad, si nunca han sentido unas manos amigas, ¿cómo exigirles que sepan amar?
Qué vergüenza siento de tanta inmundicia porque tengo oídos y no sé escuchar, esas voces tiernas que claman justicia y que el mismo Dios parece ignorar.
Que triste que el hambre los queme por dentro, que sus ojos secos no sepan llorar, y su voz se pierda como hoja al viento al oído sordo de mi sociedad.
Qué triste que tengan al cielo por techo, periódicos viejos para sosegar, el frío que cala muy hondo en los huesos en las largas noches de su soledad.
¡Ay! Qué vergüenza siento por no reparar en que soy culpable ¡por complicidad!
En estos últimos días, eh escuchado debatir el proyectos de ley, de igualdad del matrimonio, o en otras palabras matrimonios del mismo sexo, Pregunto ¿se olvidaron De la salud, la educación y seguridad? En mi país hay miles de niños que no tienen el privilegio de ir a la escuela ya que en argentina parece que la educación, es un privilegio para algunos pocos, ya que hay jóvenes que tienen que abandonar los estudios para ir a trabajar, y lo mas triste es ver a nuestros mayores, como se mueren porque no pueden acceder a los medicamentos, por ser carísimos, el congreso se olvido de ellos, y Pami los abandono a su suerte. Que tristeza que me da, que mis representantes del pueblo argentino, se olviden de los niños y de nuestros mayores. debatan por la educación, la salud y seguridad, en ves de darle tanta importancia al matrimonio del mismo sexo, respetando el libre albedrío que cada individuo tiene, de hacer con su vida lo que se le plazca, como ciudadana les recuerdo, que a los ojos de Dios el pecado mas abominable es el contacto carnal entre personas del mismo sexo. Ustedes congreso de la nación, están debatiendo una ley de igualdad del matrimonio, el matrimonio es un convenio con Dios, un sagrado convenio entre el hombre y la mujer, y fue ordenado antes de la función del mundo, se olvidan de las leyes de Dios, temiendo mas al hombre que a Dios. Y juran sobre la biblia que es la ley mayor por la cual todas las leyes menores se basan, de hecho olvidan su contenido y se convierten en cómplices de agravio y ofensa a Dios, los invito a leer la Biblia versión reina Valera romanos 13: 1-3 y 12-14 Espero que puedan entender mi angustia, sin más me despido
Atte. Señora Adelecia del carmen Montes de oca Oromi
Home Pensamientos Reflexiones Poemas Contacto
ResponderEliminarNiños de la calle
En las grises calles, de las ciudades
o en áridas tierras de pueblos perdidos,
por doquier deambulan entre vicio y mugre
las caritas sucias de ojos dolidos,
de manos vacías, de sueños sombríos
que a sus cortos años pasmados descubren
un mundo egoísta de ambición y muerte,
que los abandona a su incierta suerte.
Y hay quien los critica porque son rateros,
porque inhalan tinta y son agresivos,
porque a nadie aman, por que son ateos,
porque son escoria ¡niños no queridos!
Qué vergüenza siento que yo forme parte
de una sociedad que nada comparte,
que inmersa en su mundo de absurdos valores,
olvida esos niños que son baluarte
de un mundo futuro con hombres mejores.
Qué vergüenza siento por no reparar,
en que soy culpable por complicidad
Porque nada hacemos para conquistar
el derecho de esos niños que imploran piedad
¡Que si inhalan tinta es para olvidar
que son el oprobio de esta cruel sociedad!
Somos culpables de sus almas dolidas,
de sus puños crispados, de su agresividad,
si nunca han sentido unas manos amigas,
¿cómo exigirles que sepan amar?
Qué vergüenza siento de tanta inmundicia
porque tengo oídos y no sé escuchar,
esas voces tiernas que claman justicia
y que el mismo Dios parece ignorar.
Que triste que el hambre los queme por dentro,
que sus ojos secos no sepan llorar,
y su voz se pierda como hoja al viento
al oído sordo de mi sociedad.
Qué triste que tengan al cielo por techo,
periódicos viejos para sosegar,
el frío que cala muy hondo en los huesos
en las largas noches de su soledad.
¡Ay! Qué vergüenza siento por no reparar
en que soy culpable ¡por complicidad!
Carta abierta al congreso de la nación argentina
ResponderEliminarRepresentantes del pueblo
En estos últimos días, eh escuchado debatir el proyectos de ley, de igualdad del matrimonio, o en otras palabras matrimonios del mismo sexo,
Pregunto ¿se olvidaron De la salud, la educación y seguridad?
En mi país hay miles de niños que no tienen el privilegio de ir a la escuela ya que en argentina parece que la educación, es un privilegio para algunos pocos, ya que hay jóvenes que tienen que abandonar los estudios para ir a trabajar, y lo mas triste es ver a nuestros mayores, como se mueren porque no pueden acceder a los medicamentos, por ser carísimos, el congreso se olvido de ellos, y Pami los abandono a su suerte. Que tristeza que me da, que mis representantes del pueblo argentino, se olviden de los niños y de nuestros mayores. debatan por la educación, la salud y seguridad, en ves de darle tanta importancia al matrimonio del mismo sexo, respetando el libre albedrío que cada individuo tiene, de hacer con su vida lo que se le plazca, como ciudadana les recuerdo, que a los ojos de Dios el pecado mas abominable es el contacto carnal entre personas del mismo sexo. Ustedes congreso de la nación, están debatiendo una ley de igualdad del matrimonio, el matrimonio es un convenio con Dios, un sagrado convenio entre el hombre y la mujer, y fue ordenado antes de la función del mundo, se olvidan de las leyes de Dios, temiendo mas al hombre que a Dios. Y juran sobre la biblia que es la ley mayor por la cual todas las leyes menores se basan, de hecho olvidan su contenido y se convierten en cómplices de agravio y ofensa a Dios, los invito a leer la Biblia versión reina Valera romanos 13: 1-3 y 12-14
Espero que puedan entender mi angustia, sin más me despido
Atte. Señora Adelecia del carmen Montes de oca Oromi