domingo, 23 de mayo de 2010

Dr. Jorge Yabkowski

Como saben nuestra organización, FESPROSA, tiene base en una regiónal un poquito más conocida para ustedes que es la CICOP en la provincia de Buenos Aires. Hoy estamos trabajando en 21 provincias argentinas, organizando profesionales y en realidad a casi todos los trabajadores de la salud.
Terminamos el día de ayer un congreso donde en la discusión aparecía la necesidad clara de una agenda nacional para los trabajadores, porque la fuerza de la fragmentación que plantea Mario (Rovere) en el sistema es tan brutal que por décadas no pudimos plantear más que en una coordinación transitoria de luchas. Y cuando se pasaba, y se pasa, de una coordinación transitoria de lucha de los trabajadores de la salud a pensar en términos de agenda política nacional, nos encontramos con una gran dificultad. El esfuerzo que estamos haciendo en estos últimos cuatro años tiene que ver con eso, con construir, como también decía Hugo (Spinelli), un actor que en este juego complejo pueda influir positivamente en la democratización general del sistema de salud y de la sociedad y dar algún tipo de señal o jugar con los otros actores, en un cambio progresivo. También compartimos con el Nono ( Frondizi) – soy miembro del consejo ejecutivo nacional de la CTA- la necesidad de que esto se proyecte al conjunto del mundo del trabajo.
Voy a tomar varias de las cosas que se han dicho para darles una vuelta de tuerca. La primera, el tema de “la ancha avenida” de los logros del gobierno. Es cierto que podemos ver la estatización de las AFJP o este comienzo de ingreso universal. Pero nos cuesta, nos costó a todos, ver en salud algo que podamos rescatar en los últimos años. Creo que, desde el sector salud, que es bastante poco. Nuestra historia, la de los trabajadores, con las administraciones previas al 2001 y con las del 2001 en adelante, ha sido extremadamente conflictiva, y creemos que no se aprovechó una oportunidad que Mario ( Rovere ) señala siempre: el abandono del terreno por el sector privado en la crisis, donde el sector público fue el único que respondió. Fue en ese momento cuando el gasto del sector público cayó a su nivel histórico más bajo y por primera vez estuvo el gasto privado por encima de absolutamente todo: el gasto de bolsillo de la población pasó casi al 50% en el 2002 en la salud argentina. Desde el punto de vista de lo que hoy nosotros estamos planteando o pensando para influir positivamente en el sistema de salud, y desde la perspectiva de una transformación democrática, estamos viendo este pacto de gobernabilidad (las Obras Sociales sindicales) que señala Mario y que algunos remontan al propio origen del sistema. Hay una discusión muy linda, contada por un investigador australiano, entre Carrillo y Perón, cuando Carrillo le pide la plata que él iba a destinar al Instituto Social Ferroviario, el primero que crea Perón. Perón le dice “No… está bien. Toda la plata que necesites de la Fundación Evita… los hospitales… pero vos dejame esta parte ( el ferroviario ) para mí porque la necesito”. Fue en función de construir incipientemente este pacto de gobernabilidad. La ley 18610 fue una vuelta de tuerca tremenda y hoy está en la médula del sistema de gobernabilidad argentina. Entonces uno tiene la impresión de que, de acá al 2011, difícilmente esto se pueda desarmar y que la fuerza política que hay que crear para avanzar en la desfragmentación y empezar a pensar que ese dinero de derecho privado real ( el de las Obras Sociales) se convierta en dinero de uso público es algo extremadamente dificultoso. Sin embargo, obviamente, la gran dificultad no tiene que, de alguna manera, hacernos bajar los brazos, porque también, como se señalaba, si el emergente de esto se llama hoy Zanola o la mafia de los medicamentos, también este sistema de gobernabilidad ligado a prestaciones de salud está en crisis. Probablemente no es una crisis brutal que implique ya una reforma o una posibilidad basada en el sector público, pero sí tiene síntomas de descomposición que necesitan de una discusión ciudadana compleja.
Desde el punto de vista de cuáles son nuestras banderas en este momento, pasamos absolutamente al tema de la coyuntura. Les voy a decir lo que levantamos anteayer -algunos de ustedes lo habrán leído- en el día mundial de la salud: una paritaria nacional de salud, una ley nacional de financiamiento del sector público y la necesidad de retomar alguna idea muy importante, como es la ley de gratuidad del sistema. Es decir, iniciativas muy concretas que, si bien pueden empalmar con una discusión general que también tiene estado parlamentario -el nuevo proyecto de una ley general de salud-, nos parece que son mucho más operativas en el sentido de marcar una agenda política posible para construir de aquí al 2011.
Desde que asumió Manzur, nosotros le pedimos, como federación, 10 entrevistas. En la última me llamó uno de sus asesores, su mano derecha y me dijo : “Tomamos un café, Jorge, a una cuadra del ministerio, pero no te vamos a recibir…no los vamos a recibir. No es mala voluntad, vos tenés que entender que todo lo que vos pedís, paritaria nacional, ley de financiamiento, que nos impliquemos en el tema de las provincias… no te podemos dar nada, porque no tenemos ni la plata, ni la decisión política para hacerlo. Fijate vos que ni fuimos Tucumán…” donde ustedes saben que hubo un conflicto extraordinario, que no fue un conflicto de salud, sino un conflicto verdaderamente ciudadano que terminó en un acuerdo favorable para los trabajadores por la potencia social que tenía, y donde el ministro de salud tucumano, vicegobernador en ejercicio de licencia, no apareció. “Vos te imaginás, si solucionamos el problema en una provincia, después se nos tiran todas las provincias encima… Y quienes conocen el funcionamiento del Consejo Federal de Salud… y cuando le llevamos este planteo de paritaria nacional para poder empezar a discutir en una mesa de trabajo quizás, a lo mejor, parecida a la paritaria nacional de educación, que ya está bastante bombardeada, ¿qué nos dicen? Te imaginás con el quilombo que ustedes le hacen a cada provincia, si encima los juntamos a los veinticuatro?”
Desgraciadamente esta misma contestación nos la dieron en la única entrevista en cuatro años que tuvimos con Ginés Gonzales García: “Paritaria de salud, ni lo sueñes…Aparte, trabajo precarizado… –nos dijo Ginés-, si ustedes son un montón… Por lo menos les damos médicos comunitarios .Es algo… no te quejes de precarización”. Con la Ministra Ocaña, cuanto también asumió nos dijo: “Imposible, no tengo ninguna correlación, los ministros me matan…”. Ahora Manzur lo mandó decir por un tercero…
Es decir que el escenario de fragmentación que plantea Mario es extraordinariamente profundo, está metido en la médula y está llevando o dispara en las jurisdicciones procesos de precarización laboral, y de degradación y de fragmentación del mercado estatal del trabajo que son intolerables. Una enfermera de Santiago del Estero que trabaja en el Hospital de Niños a 35 horas semanales cobra 680 $ en negro pagando monotributo y están así el 70% de los trabajadores de la salud de Sgo del Estero. Cuando, para captar gente, Caleta Olivia toma con 12000$ o 10000$ compañeros full time en Tierra del Fuego. Una fragmentación absolutamente extraordinaria donde no hay ningún piso de derechos, y la dificultad enorme de construir este actor necesario para poder influir y sostener el sistema público. Yo creo que no hay decisión politica en el maximo nivel del poder de sostener al sistema público. Lo tengo que decir con mucho dolor, el Ministro llevó a la presidenta a Malvinas Argentinas. La Presidenta la llamó capital de la salud pública. Y es un lugar donde está prohibida la actividad sindical, están todos los trabajadores precarizados, se le cobra a la gente y tiene 14/1000 de mortalidad infantil, cifra que es más grande que la de San Miguel y de muchos otros partidos pobres del segundo cordón del conurbano boanerense… Es decir, se hace inducir a errores que implican quizás una falta de visión como decía Mario, creo. Como que los políticos no se quieren meter en salud y al no meterse y confiar en quienes hoy la están administrando, son llevados a cometer este tipo de errores.
Creo sin embargo que hay una oportunidad, me parece que hoy podríamos razonablemente pensar que podría empezar a desempolvarse el debate sobre una ley general de salud. Creo que la necesidad imperiosa de financiamiento federal del sistema público contra trabajo en blanco y programas sanitarios puede encontrar un espacio. El diputado Leo Gorbacz de Tierra del fuego presentó un proyecto extraordinario, que tiene estado parlamentario, y por suerte va a ser representado y espero que sea apoyado por distintos bloques…
Voy cerrando, me parece que es clave el proyecto que impulsamos con muchas organizaciones, votado por unanimidad en la Cámara de diputados el 18 de agosto de 2003, que es la ley de gratuidad que impide una cosa tan sencilla como cobrarle a la gente en los hospitales públicos, pero que fue vetada en el senado y guardada (como la regulación de la medicina prepaga) en la comisión de salud del senado , por orden de GGG, directamente. Nos dijeron los senadores “Ginés no quiere ley de gratuidad”.
Nosotros creemos que hoy hay una nueva oportunidad, una nueva ventana para poder discutir estos temas porque, evidentemente, sostener el sistema público, aumentar esta inversión en el PBI, es la única manera de reducir el gasto de bolsillo y de incidir positivamente en el sistema. No creo que se pueda desarmar el sistema de gobernabilidad-Obras Sociales en lo inmediato, no creo que se pueda desfragmentar rápidamente el sistema, pero sí podemos dar un primer paso que es apostar en esta etapa a construir un nuevo sector público con otras reglas de juego, con financiamiento, con trabajo en blanco y con capacidad de respuesta en APS y en alta complejidad para el conjunto de la población.
Desde los trabajadores de la salud, desde nuestra FREPOSA, desde la CTA, esa es nuestra apuesta y seguramente vamos a estar trabajando con todos aquellos que, independientemente de la ubicación que tengan en el tablero político, apuesten a esta agenda y a construirla en conjunto.

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