domingo, 28 de noviembre de 2010

Dr. Martín Isturiz

Buenas tardes y muchas gracias a Carta Abierta por dar lugar a la participación en un tema que todos creemos importante. Yo voy a dar una visión no desde el área de salud, sino desde el área de ciencia y tecnología (CyT), y analizar como este sector se puede integrar al tema.

La producción pública de medicamentos (PPM) es un área estratégica tanto para salud como para CyT. Así, por ejemplo, si uno se imagina los ejes de una política en CyT consideraría, por lo menos, tres fundamentales: un eje político, uno económico y uno social.

El eje político debería situarse en un marco de desarrollo de proyectos estratégicos, que puedan ofrecer energías alternativas, radares, satélites y, también, PPM.

En el eje económico se podría plantear la asistencia tecnológica, tanto por  el sector público como para el privado: formación de recursos humanos, reducción de gastos y también, PPM, entre otros.

El eje social de una política en CyT, correspondería a la utilización social del conocimiento. Así, el saneamiento de cuencas fluviales, la erradicación del mal de Chagas y la eliminación de arsénico en aguas para consumo, como algunos ejemplos de esa transferencia del conocimiento a la sociedad. Y también la PPM que, de hecho, forma parte de los tres ejes planteados.

Ahora, ¿cuáles son las razones para promover la PPM?. Hay muchas, y las que señalo no las agota, pero hay algunas más importantes que otras. Yo seleccioné seis:

1.  Hay capacidad instalada y conocimiento como para hacerlo y desarrollarlo.
2. Favorecería la accesibilidad a un bien social partiendo del concepto de que la salud es un derecho.
3. Hacer producción de medicamentos “huérfanos”, que son los que desde el punto de vista comercial no les interesa a las empresas privadas por la baja rentabilidad, y por eso caen directamente en la producción pública. Pero no nos podemos confundir, la PPM no se debe restringir sólo a resolver el problema de los “huérfanos. El medicamento huérfano es solo un elemento más dentro de la PPM, pero no el único.
4. Desde la PPM se podría producir perfectamente con mayor calidad,  haciendo estudios de bioequivalencia, biodisponibilidad o fármacovigilancia, que se omiten habitualmente.
5. Además –luego voy a dar un ejemplo- la PPM es un  instrumento de negociación fundamental  y un regulador de precios de mercado –y esto también es central-.
6.  Finalmente, la última razón es el impacto en el sector de CyT que luego vamos a ver con algún detalle.

Entonces, vayamos al tema de la capacidad instalada y conocimiento  disponible. Hay 38 laboratorios de PPM en todo el país. La mayoría surgió para cubrir necesidades locales o regionales. Son de jurisdicción nacional, provincial o municipal y no son todos iguales; tienen distintas complejidades, distintas potencialidades que generalmente se ajustan al ámbito que tienen que abastecer, sea un municipio, una región o una provincia.

En cuanto a la capacidad de producción hay un hecho importante. En setiembre de 2007, con una concepción estratégica alrededor de 25 laboratorios de PPM deciden formar una red nacional de producción pública de medicamentos (RELAP). Esto fue promovido y coordinado por la entonces Secretaría de Ciencia y Tecnología. Y fue  específicamente Daniel Gollán, aquí presente, quien  coordinó la formación de esa Red nacional.

Una red con una concepción integral del medicamento, o sea, no sólo para producir tal o cual comprimido. ¿Qué significaba esto? La posibilidad de centralizar compras para conseguir mejores precios. Pero la cosa no quedaba ahí, otro punto importante era la coordinación nacional de la producción. No se trataba de que los 25 laboratorios fabricaran aspirina, por ejemplo, lo que se hizo fue redistribuir la forma de producción en búsqueda de una optimización de recursos, una llegada mucho más rápida y un abaratamiento de costos.

Además de esto, se promovía la interacción entre las productoras de medicamentos con los organismos de CyT y las universidades, con la finalidad de hacer investigación y desarrollo. Esto es central: si no hay investigación y desarrollo, no hay ninguna posibilidad de llegar, en el futuro, a una  producción de envergadura, que sea un soporte social y un instrumento de soberanía en un área tan dinámica. La formación de la RELAP no significaba que los laboratorios dejaran de atender necesidades locales o regionales para lo que habían sido creados, sino que se integraban a una Red complementando o suplementando lo que cada uno podía aportar en función de su capacidad ociosa.

Por otra parte, esta Red que se forma en septiembre de 2007, tiene como soporte tecnológico al INTI -Instituto Nacional de Tecnología Industrial-, organismo  multidisciplinario que daba asistencia a la RELAP en más de 20 rubros: control de calidad de medicamentos, adecuación de procesos industriales, calibración de equipos, envases, etc, sólo como para dar una idea de la magnitud. El acta de fundación de la red nacional de laboratorios públicos fue firmada por el  Ing. Enrique Martínez, presidente del INTI.

¿Cuáles son las alternativas que se presentan?  

Hay dos: seguir comprando a través de préstamos a organismos multilaterales -tipo BID, como los primeros cuatro o cinco años del Remediar-, o abastecerse de medicamentos recurriendo a los laboratorios públicos. Es una opción.

Veamos que pasa internamente. El Ministerio de Salud se abastece de medicamentos recurriendo a licitaciones, nacionales o internacionales. Muchos dicen que es para desarrollar a los laboratorios privados nacionales.

Pero laboratorios nacionales hay más de 200 y sólo tres o cuatro hacen investigación, el resto están en el negocio, haciendo simplemente copias. No se puede plantear un concepto estratégico desde un eje comercial privado, no es lo adecuado. Por otra parte, los laboratorios privados están inmersos en una economía de mercado y si uno tiene que abastecerse a través de la compra, los precios no se ajustan a una estructura de costos sino a la oferta y la demanda. Así, cartelizan precios, se ponen de acuerdo para colgarse al precio más alto –el llamado efecto murciélago- y se acabó la competencia. El otro sistema es la colusión empresaria, en donde se reparten los nichos y no hay competencia, directamente quedamos cautivos de mercados oligo o monopólicos.

Otra cuestión fundamental es la regulación de precios. No voy a explicar esto, me voy a limitar a dar un ejemplo demostrativo: en el año 2006 el laboratorios Abbot le duplicó el precio a Brasil en un retroviral que se llamaba Kaletra -no importa el nombre-. Brasil es un gran consumidor de ese retroviral, por eso pidió estructura de costos para ver la justificación del aumento. Pero no había razones de costos, eran razones de mercado. Sin embargo, Abbot no consideró la solicitud. Entonces Brasil planteó que si los precios no los adecuaban a una estructura de costos, Farmanguinhos -la poderosa estatal brasileña productora de medicamentos- no respetaría patentes, hecho previsto en el marco de la OMC ante emergencia sanitaria, y saldría a producir Kaletra. Entonces, Abbot tuvo que reducir el precio para no perder el mercado brasileño. Esto demuestra que una productora de gran nivel es un instrumento tanto de regulación de precios, como de negociación.

Otro punto que no se tiene en cuenta cuando se habla de laboratorios de capitales nacionales es la extranjerización de la economía, que en nuestro país es brutal, aproximadamente el 75%. Y eso lo dicen, desde el presidente de la UIA hasta grupos de izquierda. Esto es claro. Entonces, un laboratorio que hoy es de capital nacional, mañana puede pertenecer a una empresa de cualquier país. En consecuencia, si la política de medicamentos se reduce a la compra, como hacía el plan Remediar, que no financiaba la capacidad instalada, se obstruye el crecimiento de un instrumento público necesario. Esto implica no hacer desarrollos nacionales, ni regionales. Es decir, dependencia sin investigación, no contando con un instrumento para plantear precios testigo -como vimos recién- y sin soberanía en medicamentos.

Vamos a ver ahora muy rápidamente lo que pasa entre nosotros.

Desde el año 2003 a fines de 2007, Ginés González García directamente no hizo nada en producción pública de medicamentos. Con Graciela Ocaña -gestión Cristina Fernández- a través de la Resolución Nº 286 del 14 de abril del 2008, que parte de fundamentos como la inaccesibilidad, inequidad y desabastecimiento, se plantea que debe haber un tratamiento integral del problema y considera estratégica la PPM. Impecable. Por primera vez un programa para la PPM integrada. Era cualitativamente diferente.

En cuanto a la RELAP, en una reunión del 25 de abril de 2008 nos informan que esa Red iba a ser la estructura operativa del Programa de PPM y los laboratorios que conformaban la Red fueron incorporados orgánicamente a este. Así, nombran al Dr Jorge Zarzur en la dirección ejecutiva del Programa y al Dr Alejandro Lozano en la coordinación, dos personas que vienen directamente de la producción pública y con amplia experiencia, Zarzur de Hemoderivados de Córdoba y Lozano del Biológico de La Plata. Además, nombran a Francisco Leone, aquí presente y que me precedió en el uso de la palabra, como coordinador del plan  Remediar. También se producen cambios a nivel de la ANMAT: entran Ricardo Martínez, aquí presente en el panel, y Daniel Gollán, en la tribuna.

Se producen hechos importantes. Uno es que sacan disposiciones de tráfico federal que, en determinadas circunstancias, se admite la circulación entre provincias. Concretamente, cuando esto se plantea en la gestión de Graciela Ocaña, como acabo de comentar, en muy pocos meses se le pide a los laboratorios que aporten al Remediar en tres rubros: antibióticos, hipoglucemiantes orales y analgésicos. Entonces, cuatro laboratorios -Puntanos, Laformed, el LIF y el LEM de Rosario- producen 40 millones de comprimidos que entregan al Remediar. Esto lo menciono para mostrarles un poco la versatilidad que tienen los laboratorios públicos. Cuando Ocaña termina la gestión esto venía creciendo  y se consolidaba.

Pero la ministra Ocaña renuncia y llega el Dr Juan Manzur al ministerio de Salud, que asume a principios del 2009. Y qué sucede?.

Desafecta al Dr. Leone del Remediar y asume un funcionario de la gestión de Ginés González García. El Programa pasa de depender de la unidad ministro a una secretaría y desaparece de la página Web del Ministerio. No se lo puede encontrar, y por lo tanto no se puede seguir su evolución.

Nosotros formamos parte de una multisectorial por la producción pública de medicamentos: 67 organizaciones de distintos ámbitos -político, académico, social- que con más de 200 organizaciones adicionales nos acompañan para solicitar una entrevista al ministro Manzur, con el fin de ver qué estaba pasando con el Programa de PPM. Pero no tuvimos respuesta. Por otra parte, recibimos un informe del Ministerio de Defensa en noviembre del 2009; que manifiesta que la ministra, Dra. Nilda Garré, está de acuerdo con la PPM y que había propuesto al Ministerio de Salud coordinar los dos laboratorios que tienen las fuerzas armadas para que se integren a la RELAP. Pero no tiene respuesta de Manzur.

El 31 de marzo del 2010, Manzur desafecta al Dr. Ricardo Martínez, presidente de ANMAT. En consecuencia, presenta su renuncia el Dr. Gollán. Está claro como viene la cosa. Curiosamente, el Dr Manzur nunca se pronunció en forma pública sobre el tema.

Pero el 13 de noviembre del 2009 -y esto es interesante-, cuando se genera una corporación de dos laboratorios argentinos: Biogénesis Bagó y Elea, quienes junto a la multinacional Novartis, con la tecnología de esta y con obligaciones de compra por parte del Estado para hacer un laboratorio acá, en la Panamericana, dijo que eso era un momento fundacional del sanitarismo argentino. Una vergüenza.

Ahora, también tenemos contradicciones. Después de todo esto, el 27 de abril, Cristina Fernández le otorga un subsidio al Instituto Biológico de La Plata, que es otro de los productores públicos: más de tres millones de pesos para ponerlo en la categoría ANMAT en varios rubros. Según el Ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, va a permitir producir, en el 2011,  ciento veinte millones de comprimidos. Y después, en julio de este año, en la cena de camaradería de las fuerzas armadas, la Presidenta de la Nación dijo que va a incorporar al Ministerio de Ciencia y Tecnología a la producción de medicamentos. Por eso no entendemos qué pasa, cómo viene la cosa, pero es así.

Mucha gente quiere desacreditar a los laboratorios públicos. Dicen que producen para pobres, que son de mala calidad.

Veamos un punteo:

- Laboratorio de Hemoderivados de la Universidad Nacional de Córdoba: produce y cubre necesidades nacionales, exporta a siete países, se autofinancia y no tiene presupuesto. Ocupa 190 personas, gana dinero y reinvierte todo en equipamiento, porque no tiene que tener lucro, o transfiere a la UNC. Hace pasantías de estudiantes. Además, desarolló el Factor VIII antihemofílico, por ejemplo. Procesa setenta mil litros de plasma por año. En albumina humana cubre el 60 % de las necesidades nacionales con un precio 40% menor que el mejor oferente del ábito privado. En el 2002 inauguran la planta de fármacos con capacidad de producir 10 millones de ampollas, en le 2003 una planta procesadora de tejidos y, actualmente empezaron a producir un medicamento “huérfano” para el tratamiento de porfirias.

- Laboratorios Puntanos. Trabajan más de 50   personas. Tiene una capacidad de  producción: 36  millones de unidades por año, abastece a todos los centros de salud de San Luis y atiende requerimientos de otras provincias. Tiene convenios de transferencia comercial  y tecnológica con Buenos Aires, Perú, Nigeria y China. Proyecta inversión, tiene certificación ANMAT en algunos productos, convenios con la Universidad de San Luis, actúa como efector periférico en farmacovigilancia para el  ANMAT y el control de calidad lo hace en colaboración con la Universidad de San Luis.

- LIF Santa Fe: Tiene una capacidad de producción de medicamentos de  73 millones por año. Producen 94% de medicamentos para la atención primaria de la provincia de Santa Fe.

Como ven no son kioscos, son estructuras fuertes y en general de buena calidad. Sólo hay que invertir un poco y conectarlos con el sistema de CyT. Y ese es el problema, o el desafío.

En el área de investigaciones biomédicas, en general, en nuestro país la estructura está deformada: hay mucha ciencia, mucho conocimiento, pero es un conocimiento que no se transfiere a la sociedad, cuando podría hacerlo. Al haber mucha ciencia y poca tecnología, se produce una deriva en un sistema que lleva directamente a la eliminación del recurso humano. No hay forma de absorber los recursos humanos formados en ciencia porque no hay expansión en tecnología. Con la PPM -y otras cosas indudablemente, en función de las necesidades propias-  se haría una expansión de esa actividad. ¿Para qué? Para utilizar el conocimiento. Son problemas estructurales en CyT, aún no resueltos.

La vinculación interinstitucional lleva a evitar la fragmentación actual. Así, aunque tenemos excelentes instituciones en CyT, éstas actúan como compartimientos estancos. En síntesis, no tenemos un sistema de CyT, y a eso hay que tender a través de la vinculación interdisciplinaria que, además genera tracción hasta la ciencia básica. Porque si uno quiere modificar una vacuna y quiere cambiar una bacteria por una proteína, no lo va a hacer el productor público, va a necesitar un biólogo molecular. Lo que hay que hacer es conectarlos. Y si se va a producir un farmoquímico, lo va a hacer un químico orgánico básico, no lo van a resolver las cadenas intermedias.

Esto permitiría que, actuando sobre necesidades propias podríamos generar una expansión tecnológica que absorba recursos humanos y haga transferencia de conocimiento a la sociedad, generando un sistema en CyT sólido y sustentable.

Finalmente, con decisiones políticas claras, yo creo que otros escenarios, y mucho mejores, son posibles.

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